Calaix d'interior: Un miracle a Aranyuel
Aquesta setmana publiquem una nova entrega de la sèrie Calaix d'interior i en ella visitem novament la comarca de l'Alt Millars. En aquesta ocasió us parlem d'un miracle que va tindre lloc al poble d'Aranyuel a finals del segle XVII i que ens ha arribat gràcies al recull que en fa el Pare Diego de Santa Teresa, agustí recolet, en un llibre anomenat Historia de la prodigiosíssima imagen de Nuestra Señora del Niño Perdido venerada en el religiosíssimo Colegio de Jesús de Nazareno de Agustinos Descalzos, en la villa de Caudiel, del Reyno de Valencia, que va veure la llum el 1720 i fou tornat a imprimir el 1765.
Fragment de la portada del llibre de Diego de Santa Teresa de l'any 1765
Sota el títol Ungiéndose con el azeyte de la lámpara de la Virgen de el Niño Perdido, curan de varias enfermedades algunos de sus devotos s'explica la prodigiosa curació d'un veí d'Aranyuel que, per intercessió de la imatge de la Verge venerada a Caudiel, va sanar quan tothom el donava per mort. Diu així:
Portada del llibre en l'edició de l'any 1720
"Christóval Blanco, Molinero en Arañuel, Lugar de el Arzobispado de Valencia, se hallaba hidrópico el año 1694, y de pies a cabeza tan hinchado, que era una lástima verlo. Aplicáronse los Médicos à quantos remedios prescive su facultad, para curar tan dificultosa, y prolixa dolencia: pero viendo, que su hidropesía se mostraba rebelde à quantas medicinas intentavan recetarle, dixeron a Mosen Antonio Llorent, Retor de aquella Parroquia, que lo dispusiesse para hazer obras de Christiano, porque yà caminava à ligeros passos al Sepulcro.
Altar del Santuari de la Mare de Déu del
Niño Perdido de Caudiel, abans de 1936
A esta sazón llegò à dicho Pueblo el P. Fr. Joseph Raymundo de la Virgen del Niño Perdido, y por comissión del Retor, fue à visitar à nuestro enfermo; desengañòle de su gran peligro, procuró inclinarle à disponer sus cosas, y à recibir los Santos Sacramentos de la Iglesia.
Recibiò el Viático, y la Extremaunción, dexando à todos muy edificados, y quedò el religioso à su cabezera, haziéndole algunos piadosos recuerdos de la Pasión de Christo, y entre otras materias, de que texiò su conversación, fue una, hablarle de nuestra Señora del Niño Perdido, y se la pintò tan prodigiosa, que no sólo le sanaría su alma, sino que si convenía, para gloria de Dios, le alargaría algunos años la vida. El enfermo le dixo con lágrimas en sus ojos: Yo Padre, por lo que toca à permanecer en este Mundo, yà me miro sin remedio: pero le ruego à essa divina Señora, que me conceda de treguas quince días, para bolberme à confessar con más espacio, y llorar mis culpas, y llevar al Supremo Tribunal bien ajustadas mis cuentas; dexòle en fin el P. Fr. Joseph muy consolado, y le advirtió al tiempo de bolberse à su Colegio, que le embiarìa luego una Estampa de la Virgen, y un poco de azeyte, que pusiesse en aquella Señora toda su esperanza, y la dexasse obrar à tan gran Reyna.
Estampa devocional antiga de la Mare de Déu del Niño Perdido de Caudiel
No bien llegaron à sus manos estas prendas, que suspirava yà su corazón con vivas ansias, quando rezò una Ave María a la Virgen, y mandò lleno de fè, que le ungiessen las piernas con aquel azeyte. Cosa prodigiosa por cierto: abrió dos fuentes en ellas, con más prontitud, que el cáustico más activo: fluyeron perennemente más de dos cantaros de humores: bolbiò el cuerpo à su natural estado, y en breves días, en vez de ir (como se juzgò) al Sepulcro, vieron, que por sus pies freqüentava el Santo Templo; admiráronse todos, confessando, que para dàr salud es más eficàz el azeyte de su Lámpara, que las más preciosas medicinas. El paciente se radicò en la devoción a MARÍA, y embiò un cahiz de trigo de limosna. El pueblo de Arañuel celebrò de esta Princesa las glorias, y quantos supieron el prodigio levantaron la voz en su Alabanza".
Gravat antic de la Mare de Déu del Niño Perdido de Caudiel
En definitiva, Christóval Blanco, moliner d'Aranyuel, va ser curat de la seua malaltia per l'oli que cremava a les làmpades que il·luminaven la imatge de la Verge al poble veí de Caudiel, a la comarca de l'Alt Palància.
Podria haver sigut aquest relat que us acabem de reproduir la font d'inspiració de l'autor anònim dels Gozos a la Milagrosa Imagen de nuestra Señora del Niño Perdido, venerada en el Colegio de Agustinos Descalzos de la Villa de Caudiel, del Reyno de Valencia a l'hora d'escriure aquesta estrofa: "La Lámpara, que luciente / se vè ardèr en vuestro Altar / es triaca singular, / que sana todo accidente: / es Manà, que al afligido / toda tristeza desvía".
Edició antiga dels Gozos a la Milagrosa Imagen de nuestra Señora del Niño Perdido.
Font: Gogistes Valencians
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